“El mejor viaje es el de vuelta”
La meditación como viaje: distraernos, darnos cuenta y regresar. La práctica de la meditación consiste en viajar. Primero escogemos un foco de atención: la respiración, una música, una vela, o cualquier otro elemento. Esta es la primera capacidad humana que desarrollamos con esta práctica: la concentración. La segunda cualidad innata y necesaria (aunque a veces pueda no parecérnoslo en función de que el momento en el que aparezca sea más o menos adecuado) es la de distraerse. Gracias a ella, pronto…